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La revancha de la conquista off line: luego de la pandemia vuelve el match cara a cara

29 Jun

por Agustín Gallardo ext de Infobae

La apps seguirán estando pero ahora los solteros quieren probar volver a verse cara a cara en el terreno de la conquista

La post pandemia será con “desenfreno sexual”. Aún resuenan las palabras del médico y científico social estadounidense Nicholas Christakis, profesor de la Universidad de Yale y codirector del Yale Institute for Network Science, quien a fines de agosto del año pasado, en tiempos donde parecía comenzar a superarse de a poco el impacto psicológico y social que causó el SARS-CoV-2, el catedrático auguraba este destino para ilustrar uno de los términos más usados dentro del glosario de crisis sanitaria que causó el COVID-19: la nueva normalidad.

“Se esperan años de más libertad sexual y mayor consumo”, machacaba Christakis, quizás decretando el fin de los “usos y costumbres” con los que millones de personas tuvieron que lidiar. Inmersos en el ecosistema tecnológico, muchas personas que no comulgaban hasta el momento con el “me gusta”, le dieron una oportunidad a las apps de citas para entablar relaciones amorosas, una cuestión que ya venía en auge, pero que con la crisis sanitaria tuvo un pico significativo.

Este contexto dio paso también al fenómeno del sexo virtual y el sextech, un universo de placer que conjugó la satisfacción pantalla mediante con el autoplacer a través de distintos dildos, robots y gafas de realidad virtual.

Helen Fisher, antropóloga biológica estadounidense reconocida mundialmente por estudiar el cerebro enamorado, decía a Infobae en febrero de 2021. “Antes de la pandemia las personas conocían a alguien por internet y después salían y se conocían. Pero ahora como la gente no puede salir hay una etapa nueva conocida como video chatting. Entonces, la gente se sigue conociendo en internet pero está bastante tiempo haciendo videollamadas antes de conocer al otro en persona”.

En la actualidad, cada vez son más los argentinos que opinan que las fiestas de solteros son una excelente oportunidad para conocer a alguien sin una pantalla de por medio

Ahora, después de aquella foto de encierro e incertidumbre, parece que la cosa vuelve a ser un poco como era antes. Si bien las apps de citas se mantienen como preferencia de varios, muchos vuelven al terreno del cara a cara para conocer gente.

Una investigación demostró que a partir del uso de las app de citas, cada vez son más los usuarios que quieren conocer personas en la vida real y ven a las fiestas de solteros como una manera divertida para matchear offline. Según un estudio de la app Inner Circle, el 61% de los usuarios argentinos aseguró que prefiere conocer gente de forma offline. Sin embargo, el 57% siente que, desde que existen las apps de encuentros y redes sociales, las personas son menos sociables en las típicas salidas nocturnas, y el 63% considera que los solteros ponen menos esfuerzo a la hora de iniciar una charla en un bar.

Es por eso que, en la actualidad, cada vez son más los argentinos que opinan que las fiestas de solteros son una excelente oportunidad para conocer a alguien sin una pantalla de por medio y con el mismo deseo: el 93% de los miembros en el país afirmó que iría a una fiesta de solteros para salir de noche, ya que consideran que es un plan divertido (32%) y lo que más se asemeja a coincidir en un lugar con quienes también estén buscando pareja (19%).

Los solteros priorizan cada vez más los ambientes descontracturados, incluso el pasillo de un supermercado

El estudio, que incluyó una encuesta realizadas a través de la aplicación de la aplicación a 1949 personas entre el 17.05.22 y el 30.05.22, indicó que los solteros priorizan cada vez más los ambientes descontracturados, la música y los tragos. “Las charlas casuales que pueden entablarse, permiten saber rápidamente si hay afinidad o intereses comunes con la otra persona para matchear offline y organizar una próxima salida”, indicaron.

Del Match a la conquista cara a cara

Pasó mucha agua bajo el puente desde el comienzo de la pandemia. Con los bares y lugares de encuentro abiertos, estos espacios vuelven a ser escenarios donde la gente permite conocerse. 

La doctora Mónica Cruppi, psicoanalista, miembro de APA, sostiene que se observa un gran agobio y cansancio, como así también cierta impotencia y frustración por parte de los jóvenes y no tan jóvenes, de estar inmersos y viviendo en la dimensión virtual. “Hay necesidad de recuperar el contacto físico con el otro con toda la riqueza afectiva que implica este encuentro, es por ello que hay una tendencia hacia lo presencial. Desde mi punto de vista esto ocurre por lo siguiente: en relación a lo amoroso, la pandemia con el aislamiento preventivo incremento el uso de las apps de citas. Estas forman parte del “mercado del afecto y del deseo”, se encuentran integradas a lo cotidiano, ejercen su influencia a través del uso de algoritmos, que de acuerdo a la búsqueda van ofreciendo distintos perfiles a sus usuarios”, esgrime Cruppi.

Para muchos el uso de estas apps intensificó el pasar de una cita fallida a otra y de una relación a otra. “Potencio el amor líquido. En la clínica analítica observamos: el hartazgo por las relaciones seriales, la alteración de la capacidad de espera y la erosión del deseo en usuarios frecuentes de las Love apps, que van de una a otra relación marcadas por la dicotomía ilusión-desilusión”, dice Cruppi.

Para muchos el uso de estas apps intensificó el pasar de una cita fallida a otra y de una relación a otra. “Potencio el amor líquido», dicen los expertos

Y amplía: “Esto ocurre porque en su dinámica comercial, el mercado amoroso forma un círculo de ilusión y desilusión constante relacionado con lo que ofrece. Algunas de estas aplicaciones presentan un diseño especial que busca disminuir la frustración y el rechazo del usuario, ocultándose detrás de una publicidad engañosa orientada al romanticismo y relaciones duraderas, cuando en realidad lo que esconden es el sexo casual disfrazado de encuentros amorosos, orientados a un gran target de nuestra sociedad donde el denominador común es la soledad”.

Cruppi, completa: “En relación a la conquista y como contracara de la impetuosidad de las apps de citas, que no nos ha dado tiempo a desarrollar los recursos yoicos necesarios para lidiar con ello, los efectos de la pandemia han contribuido a que las personas prefieran relaciones más duraderas y menos esporádicas; motivo por el cual se eligen como lugares de encuentro los bares o boliches u otras opciones”.

Es imposible arriesgar si un método u otro primará de acá adelante. La convivencia parece ser un equilibrio con un margen de posibilidades. Lo cierto es que el efecto encierro hizo aflorar y valorar la felicidad y alegría que traen los reencuentros y las reuniones con amigos. “No por zoom u otra plataforma, sino físicas, por la impronta de lo corporal, del contacto físico; de poder expresar los afectos, de poder tocar, abrazar y besar a otro. Lo mismo pasa con lo amoroso, el encuentro físico en un bar o boliche, da lugar a otro tipo de seducción, donde intervienen la mirada, las sensaciones, e impresiones, con momentos compartidos, que dejan una impronta diferente, porque el encuentro no está mediado por la tecnología, y la experiencia con la realidad es directa. En lo presencial el otro se presenta de un modo más real, sin estar catalogado por la información”, finaliza Cruppi.

Nuevos hábitos. Una rutina con menos besos y más consumo online

28 Mar

por E. Himitian para lanacion.com

Nos damos menos besos y compramos más por internet. Las videollamadas son parte de nuestra vida. Usamos menos efectivo. Nos vestimos más informal. Compramos menos ropa. Pasamos muchas más horas en nuestra casa. Nos acostumbramos a los cumpleaños en las plazas. Desinfectamos todo lo que llega a la burbuja familiar. Y accedimos a no compartir la bombilla, aunque no por eso tomamos menos mate: en 2020 el consumo de yerba fue de 6,2 kg por habitante, casi igual que antes de la pandemia. Las comidas son más caseras pero más calóricas, comemos más harinas, impulsados por la ansiedad y por la suba de precios. Pedimos más delivery. Engordamos. Somos más sedentarios. Decidimos hacer algo para revertirlo y salimos a la calle a hacer deporte en lugar de volver al gimnasio. Adoptamos la bici como medio de transporte. Adoptamos más mascotas. Tomamos más alcohol. Nos ponemos alcohol en gel todo el tiempo. Usamos barbijo, siempre. Hacemos cursos a distancia. Pasamos más tiempo frente a las pantallas, pero no lo perdemos. Ahora el tiempo de conexión es más productivo.

Si hace más de un año, alguien nos hubiera dicho que íbamos a andar por la vida con distancia social y que nos íbamos a acostumbrar a todos estos cambios, incluso a pagar hasta en la verdulería con QR, no le hubiéramos creído. “Ahora, compro todo online, desde el supermercado, la comida, las cosas de bazar y hasta la ropa. También lavamos la fruta y verdura y los enlatados al vaciar las bolsas y al momento de usarlos, se lava todo nuevamente”, asegura Evelyn Córdoba, mamá de Antonia, de cuatro años y Augusto de uno. Alejandra Efrón, que es abogada, de 38 años, coincide en que de la cuarentena le quedó el hábito de desinfectar exhaustivamente todo lo que llega del súper. Germán Quiroga, de 33 años dice incorporó el hábito de almorzar con su hijo de cuatro años y que ahora si sale a la calle y se olvidó el barbijo se siente “desnudo”. “Yo conecté mucho más con la lectura, y me vi todas las películas y series q existían en Netflix”, apunta Leonel Saint Paul, de 27 años y vendedor de filtros de agua.

Las compras virtuales crecieron un 260% en la pandemia, con categorías como alimentos y bebidas a la cabeza

La pregunta es cuántos de esos cambios se van a convertir en hábitos de la pospandemia y cuáles abandonaremos apenas desaparezcan las restricciones sanitarias.

Un hábito es una acción que se repite en modo automático, explica Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). “No tiene que ver únicamente con la repetición. Sino con lo que nuestro cerebro evalúa como el atajo más directo. La forma más efectiva de hacer las cosas. Hay una evaluación costo beneficio a nivel inconsciente. El hábito es el aprendizaje de un comportamiento que conlleva algo del orden del placer. Para ser incorporado sin vuelta atrás debe reportar alguna gratificación consciente o inconsciente. Aristóteles decía que los hábitos son la segunda naturaleza del hombre. Sostienen al ser humano. Constituyen la clave del crecimiento de lo más humano del ser humano”, agrega.

A un año del comienzo de la pandemia, muchos cambios que ya estaban en proceso, se aceleraron. Por ejemplo, la pandemia impulsó el declive del uso de dinero en efectivo en Argentina más de tres años, señala el Reporte global de medios de pago en 2020 de Worldpay, una empresa de la fintech FIS. En cambio, el uso de medios de pago electrónicos dio un salto del 31%. Alentados por la creencia al comienzo de la pandemia de que el dinero transmitía el virus y por la necesidad de comprar todo a distancia, muchos se volcaron otros medios de pago.

Más pagos sin contacto

Hoy, la mayoría de los locales comerciales acepta medios electrónicos y muchos incluso, sin contacto, como son las tarjetas contactless o el pago mediante QR, por Mercado Pago o billeteras electrónicas de los bancos, que ya representan el 11% de la torta de pagos en Argentina, según ese informe.

Las compras virtuales crecieron un 260% en la pandemia, con categorías como alimentos y bebidas a la cabeza, según estadísticas 2020 de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico. También la ropa y el calzado figuran en el top 3 de lo más vendido de forma virtual. Aunque desde la Cámara de la Indumentaria explican que las ventas de ropa en shoppings cayeron el 34%. ¿La explicación? Se estrena menos, porque se está más en casa. Además, las prendas salen un 60% más que el año anterior.

Los restaurantes y bares se adaptaron rápido para paliar el enorme impacto del prolongado cierre y además de ofrecer pago sin contacto, tal como ordena el protocolo de reapertura de locales gastronómicos. Muchos incorporaron la carta virtual, con QR, donde los clientes eligen su menú, piden y hasta pagan sin necesidad de estar en contacto cercano con mozos. Es el caso de Casa Cavia que desde la reapertura ofrece un menú en QR o descartable, que se imprime y el cliente se lo puede llevar. Lo mismo ocurre en La Panadería de Pablo y en Vico Wine Bar, entre otros.

El uso de bicicletas, en 2020 creció un 28%, tanto del sistema público como las particulares
El uso de bicicletas, en 2020 creció un 28%, tanto del sistema público como las particularesIgnacio Coló

En educación, el salto hacia adelante, al menos en lo tecnológico fue aún mayor. “La tecnología en la educación dio un salto cuántico en los últimos meses. Avanzó más que en los últimos 30 años”, señala el informe “Continuidad Pedagógica durante el aislamiento”, que presentaron Unicef y Google en septiembre último. Según el informe, no se puede pensar en dar pasos atrás en cuanto a la tecnología. Ya entonces, los adolescentes demandaban que volver a la presencialidad pero sin perder algunas modalidades y beneficios del dictado a distancia.

La micromovilidad es otro de los términos que incorporamos en esta pandemia. El uso del transporte público bajó por completo en la cuarentena y cuando los controles se relajaron se fue recuperando pero no a los niveles del año pasado. De hecho, según datos de la Secretaría de Transporte porteña, en subte hoy viaja apenas el 20% de los pasajeros habituales, en tren el 44%, en colectivo el 62% y el autos particulares, el 89% del tránsito habitual. En cambio, el uso de bicicletas, en 2020 creció un 28%, tanto del sistema público como las particulares. El principal uso que se le da es para ir a trabajar. Significa que son personas que cambiaron de hábito, abandonaron el transporte público o el auto y optaron por la bicicleta. Muchos otros, ya no se desplazan porque continúan trabajando desde sus casas. Porque también el teletrabajo, como muchos otros nuevos hábitos, llegó para quedarse.